¿Cómo elegir sabiamente el agua de tu piscina?

Agua de tu piscina

A la hora de construir una nueva piscina es necesario tener en cuenta un montón de detalles que probablemente antes no te habías imaginado. Una de las cosas más importantes de la piscina es el agua (sin agua poco podríamos hacer, ¿no crees?), por lo que es muy importante tanto elegir el agua adecuada y saber la diferencia que hay entre los diferentes tipos de agua que hay para un buen mantenimiento posterior y evitar muchos problemas.

Diferencia entre agua de la red de suministro y otros tipos de agua

Al ser un agua para consumo humano, sin duda la de la red de suministro es la mejor opción que hay. Pero no siempre podemos usar ese agua para nuestra piscina por lo que es posible contar con otras opciones: agua de pozo, de río o estanque.

El agua del suministro público es la mejor ya que se trata de la más equilibrada. Sin embargo, dependiendo del tipo de agua (más o menos ácida o mineralizada) también habrá que llevar a cabo tareas de mantenimiento e higienización. Esto es muy importante porque aguas que no son adecuadas pueden dañar el liner de la piscina.

El llenado de una piscina es un momento fundamental

En el caso de agua de ríos o pozos es muy importante que antes de verterla en la piscina, tomemos muestras de la misma para corroborar con un laboratorio dos cosas: que es apta para el bañista y la composición química de la misma. De esta forma, podremos encontrar la mejor rutina de mantenimiento para asegurar un agua limpia y segura para el bañista.

Inconvenientes de agua de pozo, río o estanque

Lo más recomendable, como hemos comentado antes es usar agua de la red, aunque a veces no es posible en ciertas zonas rurales o de montaña. En este caso, debemos ser conscientes de que este tipo de agua suele tener mucha cal y estar muy mineralizada.

Por ese motivo, el agua de pozo puede dañar el liner por la oxidación de esos minerales. Además, también puede provocar manchas y dejar las paredes ásperas, perdiendo su brillo y color original.  Además, en piscinas con clorador salino, el agua de pozo o de río pueden estropear la célula cloradora ya que la cal aísla la capa de la célula porque se incrusta en el metal.

El agua de pozo o de río también puede causar problemas en la limpieza e higienización de la piscina, ya que las manchas de cal son muy difíciles de limpiar del gresite o las paredes sin usar ácidos (que en caso de ser usados estropearán las juntas de las piscinas).

Para usar este agua es necesario seguir diferentes pasos de purificado y antical para eliminar así los riesgos que conlleva utilizar este tipo de agua.

 

 

 

Dejar una Respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.