El verano es temporada de piscina. Esto quiere decir que ya estamos empezando con los primeros chapuzones. Pero, ¡ojo! Es muy importante mantener el agua limpia para disfrutar de una piscina saludable. ¿Necesitas un poco de ayuda? Entonces sigue leyendo.
Para cuidar una piscina hace falta tener en cuenta algunos aspectos básicos, y no sólo los de limpieza y desinfección con productos químicos. Siguiendo algunos consejos de higiene conseguiremos que nuestra piscina siempre esté limpia, cristalina y perfecta para utilizarla en cualquier momento sin importar que haya mucha o poca gente utilizándola.
¿A qué debo prestar atención para que mi piscina permanezca limpia?
Lo primero que debemos vigilar es la ducha. Ésta debe estar siempre operativa (sin problemas ni fugas que puedan impedir su uso). Si conseguimos que todos los bañistas se aseen un poco antes de entrar a la piscina evitaremos que arena, césped, tierra u otras suciedades de haber estado en la toalla entren en el agua.
Además, con una ducha rápida también se eliminan los excesos de crema o aceites que pueden contaminar el agua de la piscina de una forma desagradable.
Es necesario prestar especial atención a los pies. Estemos donde estemos, generalmente alrededor de la piscina estamos descalzos ensuciándonos los pies con arena, hierba, tierra o cualquier otra cosa. Por eso, aunque simplemente nos vayamos a sentar en el borde, lo mejor es aclarse un poco los pies antes de meterlos en el agua.
También debemos tener cuidado con los juguetes. Muchas veces parece que los que más ensuciamos la piscina somos nosotros, pero si nos fijamos, hay muchos otros elementos que también lo hacen. Por ejemplo, los flotadores, manguitos, churros, colchonetas o pelotas también ensucian el agua porque nunca nos detenemos 30 segundos a aclararlos antes de tirarlos al agua.
Los gorros de natación también son una buena idea. Aunque para casa no sean totalmente necesarios ya que somos pocos, es un elemento higiénico necesario cuando hablamos de piscinas públicas.
Dejar una Respuesta